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Opinión

6 cosas que me han llamado la atención del salón Vive la Moto

Gonzalo de Martorell
09/04/2019
El certamen que acaba de cerrar sus puertas ha sido, sin ninguna duda, un éxito de visitantes y ha servido para corroborar que la moto sigue apasionando... aunque su realidad es tan cambiante como el mundo en el que se mueve.

El salón “Vive la Moto” ha sido un completo éxito. No cabe valorarlo de otra forma ni por asistencia ni por negocio; en ambos casos-además- ha cumplido e incluso superado las expectativas. Más allá de las novedades -aunque el certamen barcelonés no ha sido especialmente pródigo en ellas- el certamen ha servido para tomarle un poco el pulso al sector en un momento de transición en el que se ha salido claramente de la crisis para ir hacia un nuevo horizonte... que nadie sabe muy bien cuál será...

En cualquier caso ha habido algunas cosas que, mientras paseaba por los enmoquetados pasillos, me han llamado la atención y que son buena muestra de que la moto, su gente y su industria está en permanente evolución...

1-La sobredosis de estilo retro...
Me encanta el estilo “old school”. En este momento es tendencia y las marcas, lógicamente, ofrecen aquello que busca el cliente... pero sinceramente tuve una cierta saturación de diseños retro. No importaba que fueran de 125 o de 1.100... todas acababan intentando parecerse a una moto inglesa de los años 60. Me hubiera gustado ver propuestas estéticas diferentes... sobre todo porque cuando se pase la moda “vintage” habrá que tener algo en la recámara...

2-La debacle del custom...
Excepto -lógicamente- Harley-Davidson e Indian, el custom brilló por su ausencia. Ninguno de los grandes fabricantes dedicaba ni un triste modelo al género. Y tengo la impresión que no es algo que tenga que ver tanto con aranceles sino con un cierto cansancio del estilo. Europa comienza a reclamar propuestas a la europea y las motos americanas han pasado a ser solamente para muy convencidos.

3-El creciente interés femenino...
Me sorprendió muy agradablemente la ingente cantidad de chicas que se interesaban por motos de gran cilindrada, más allá de los consabidos scooter o las 125/250. Está claro que la mujer ya no se resigna al asiento trasero y reclama su rol al manillar sin importarle cubicajes o estilos. Si a alguien le quedaba alguna duda de que la mujer es el gran público al que llegar en este próximo lustro, una visita al recinto ferial barcelonés lo habrá sacado de dudas.
 

4-El buen volumen de negocio...
Al cierre del salón, todas las marcas confesaban estar encantadas: todas habían vendido motos "a tocateja" o apalabrado ventas con paga y señal entregada. Ese es el objetivo final del evento y por supuesto debemos congratularnos por ello. Claro que la pregunta surge de inmediato: ¿esas ventas se hubieran dado igualmente sin un salón “ad-hoc” o ha sido precisamente el “Vive la Moto” quien las ha impulsado?

5-La industria auxiliar...
Un perfil tan comercial como el del salón que acaba de cerrar sus puertas sin duda da oxígeno al sector porque, como hemos dicho, supone un empujón de ventas. Sin embargo me pregunto si espanta a otros expositores que únicamente desearían mostrar novedades y hacer marca. La poca presencia de industria auxiliar -tradicionalmente más refractaria a esta fórmula- es buena prueba de ello. En cualquier caso, el panorama europeo de salones motociclistas empieza a quedar claro: un megasalón en Milán y varios eventos comerciales en las principales ciudades como Barcelona/Madrid, Colonia, París o Londres.

6-La paradoja eléctrica...
La presencia de modelos eléctricos no fue tan elevada como se suponía que debía serlo a tenor de las expectativas que ha levantado la moto eléctrica. Sin duda esta propulsión es el futuro... pero si nos centramos en lo mostrado por las marcas en Barcelona, a este futuro aún le queda recorrido por llegar. La preponderancia de los motores de combustión y de modelos archireconocidos era total y ello quizás indique que el mercado todavía no reclama tanto lo eléctrico como se aventura.

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Siempre periodista y siempre motero. Y a ambas cosas me dedico desde hace casi 30 años. También viajo, hago radio, me defiendo con la cámara de fotos, soy un apasionado del RCD Espanyol... y tengo un gato que se llama Palpatine.

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