Prueba Benelli TRK 702X: el siguiente paso en trail

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Benelli TRK 702X

Ya he citado el protagonista de esta moto, su motor bicilíndrico en paralelo de 698 cc que, contrariamente a la tendencia desde hace unos años, no lleva el cigüeñal calado de forma "irregular" (a 270 grados) sino a unos más tradicionales 180 grados, es decir que los pistones trabajan de forma alternativa. Esto le ofrece un tacto un poco más fino a partir de medio régimen y un poco menos por debajo de unas 2000 vueltas. El motor empuja con ganas desde antes de 4000 rpm y estira con ganas hasta cerca de las 9000 (la potencia máxima en teoría llega algo antes) cortando poco después, dando lo mejor de sí en esa franja. En sexta, con unos 25 km/h por cada mil vueltas de desarrollo, eso significa que mantiene un crucero fácil al borde de la pérdida de puntos en vías rápidas (150 km/h) y lo hace girando suavemente, permitiendo recuperar si bajar marchas si debemos cortar antes tráfico más lento. Los 70 CV de potencia pueden limitarse a 47 CV para carnet A2 (en cuyo caso la moto cuesta unos 100 euros menos por el impuesto del CO2).

Lo que no tenemos es ningún tipo de ayuda electrónica: ni control de tracción, ni modos de pilotaje, ni cambio rápido (aunque es suave) y para mi sorpresa tampoco ningún indicador "moderno" en la llamativa pantalla TFT del cuadro de instrumentos que nos ayude a conocer consumos o promedios. Tenemos el kilometraje total, dos parciales y nada más... Esa sensación de equipamiento justito se repite al analizar el equipo de frenos y ruedas: no dispone de bomba radial y las pinzas tampoco son de ese tipo (son flotantes de dos pistones), aunque monta discos de 320 mm, y las llantas no tienen los radios laterales así que entiendo llevan cámara (no me gusta).

Sí que dispone de luces LED (de haz algo estrecho), o piñas iluminadas, y una robusta horquilla delantera (barras de 50 mm nada menos) aunque no sea regulable; sí podemos ajustar la precarga (e hidráulicos) del amortiguador trasero, aunque con herramienta (no mando remoto cómodo). El bastidor es un multitubular de acero que sigue un diseño doble viga, con basculante en aluminio. Unas cosas con otras esta Benelli TRK 702X suma 235 kg en la báscula con su depósito de 20 litros de gasolina lleno, que para mi gusto es un peso demasiado alto en una moto orientada al campo, pero que en realidad está en línea con varias rivales igual de polivalentes.

Trail para todo

Y es que como decía más arriba, en realidad la Benelli TRK 702X es para mí una "trail" a secas, es decir una moto polivalente, muy orientada al uso diario o turístico en asfalto, con la posibilidad de abandonar "lo negro" para meterse por caminos, pero evitando complicaciones. Su hermana "no X" en cambio es una moto de asfalto más turística, crossover como las llamamos ahora. La posición de pilotaje me resultó cómoda pero con un detalle extraño: las estriberas están altas, tanto las del piloto como las del pasajero, lo que obliga (si eres un poco alto como mi 1'83m) a llevar las rodillas más dobladas de lo que me gusta en este tipo de moto. Si no eres alto, los más de 800 mm de altura del asiento serán los que te puedan complicar un poco la vida, aunque la TRK es estrecha de cintura y se maneja bien a baja velocidad.

Las suspensiones relativamente firmes, las llantas de radios y los neumáticos Pirelli STR (taco algo gordo) ofrecen una combinación interesante: el comportamiento de la TRK 702X es bastante intuitivo y su tacto ofrece confianza una vez has pasado un momento inicial de extrañeza quizás debido a cierta flexibilidad. Como digo ese tacto inicial lo asumes enseguida y a partir de ahí la moto se maneja con agilidad y precisión, y no pierde la compostura sobre baches o firme irregular: ésa es para mí otra seña de identidad de las mejores trail, su capacidad de llevarnos con confianza sobre asfaltos menos buenos (o en caminos), cuando una moto más asfáltica (más rígida y con rueda delantera de 17 pulgadas, neumáticos aparte) se vuelve mucho más crítica.

Otra ventaja innata de una moto trail, que explica por qué se han convertido en las reinas del mercado, es su postura erguida que no nos castiga en el tráfico del día a día (ciudad y carretera), algo que la Benelli también cumple (con el pequeño "pero" de la posición de rodillas). Ya sea callejeando entre coches, o moviéndonos en autovía o carretera, el motor nos lleva bien y el sonido del escape nos acompaña con una nota interesante. Los frenos adolecen de un tacto algo filtrado (sin bomba ni pinzas radiales) especialmente en el trasero, algo esponjoso, pero si hay que pararse rápido cumplen.

En uso más de largo alcance, la curiosa pantallita parabrisas se revela más eficaz de lo que pensé, desviando el viento del casco sin provocar turbulencias; lástima que no sea ajustable pero la verdad es que, si lo fuera, yo no lo había tocado de su posición inicial porque como digo me iba bien... El consumo de gasolina no es desmedido (en torno a cinco litros) y por lo tanto, de viaje, podremos parar cuando nos apetezca más que por necesidad ya que un depósito aguanta cerca de 400 kilómetros... La maletas originales (no las tenía nuestra unidad de pruebas) tienen buen aspecto y se incluyen en oferta en el precio, del que hasta ahora no he hablado pero que es el gran atractivo de esta Benelli TRK 702 como lo fue de su hermana 500, razón de su éxito (además de por sus virtudes dinámicas y estéticas). La verdad es que por 8090 euros ( limitada al A2 es algo más barata como comenté antes) tienes una gran moto, en todos los sentidos.