Moto1pro
Historia del motociclismo: La doble victoria de Cobas

Historia del motociclismo: La doble victoria de Cobas

Antonio Cobas, padre del concepto moderno del chasis motociclista, fue uno de los ingenieros más importantes en la historia del motociclismo deportivo. Autor de infinidad de modelos, su primera victoria en el Mundial llegó en 1984, cuando Sito Pons llevó la Kobas MR1 al triunfo en el Jarama.

Facebook
Twitter
Whatsapp
Redaccion Moto1pro
Juan Pedro de la Torre
Autor Foto
Archivo Motoworld
Fecha06/09/2017
Historia del motociclismo: La doble victoria de Cobas
Facebook
Twitter
Whatsapp
Redaccion Moto1pro
Juan Pedro de la Torre
Autor foto
Archivo Motoworld

Fecha06/09/2017


En la historia del motociclismo español hay pocas motos tan famosas e inequívocas como la Kobas. Diseñada por Antonio Cobas, esta moto marcó un antes y un después en la historia del motociclismo, porque supuso la primera manifestación del bastidor de doble viga, el chasis hoy llevan prácticamente todas las motos, las de calle y las de carreras.

Tras la crisis del equipo Siroko a mediados de 1981, Cobas se puso a trabajar en un nuevo proyecto, la MR1, una moto completamente diferente. Junto a Sito Pons y Manolo Burillo, manager del futuro campeón del mundo, Cobas iba a crear la escudería Tecomsa, con la que Pons haría su primera temporada completa en el Mundial de 250, y aquella sería su moto, la Kobas MR1.

La Kobas MR1 al desnudo: un bastidor que terminaron adoptando todos los fabricantes.

Cobas y Kobas

“A Manolo [Burillo] le gustaba decir que Kobas venía del final de Siroko, B de Burillo, A de Antonio, y S de Sito”, recuerda Pons, con humor. Fueron tiempos emocionantes y llenos de ilusión, pero al mismo tiempo muy profesionales y con un sentido de la responsabilidad grandísimo. Aquella temporada, Pons sumó su primer podio mundialista –tercero, tras Christian Sarron y Didier de Radigues- en Imatra, bajo un terrible aguacero. La vinculación entre Cobas y Tecomsa fue breve, no llegó a dos temporadas, porque en 1983 llegó a un acuerdo con Jacinto Moriana, patrón de JJ-Cobas, y comenzó a diseñar las motos del equipo, además de infinidad de proyectos en los que se embarcó con el respaldo del siempre entusiasta Moriana.

Pero la Kobas 250 siguió activa. En manos de Carlos Cardús logró el campeonato de Europa de 250 en 1983, con el equipo de JJ, además de disputar buena parte del Mundial, mientras que Pons seguía bregando en el Mundial de 250, con suerte dispar. En Monza, en una carrera retransmitida por Televisión Española, está a punto de ganar, pero Pons se cae en la última vuelta al mismo tiempo que Ivan Palazzese, que rodaba justo delante de él. Después, una grave lesión en el Gran Premio de Austria le apartó del campeonato el resto de la temporada. Pons volvió en las últimas pruebas del Campeonato de España, a regañadientes, porque se había prometido no volver a correr en circuitos urbanos, pero necesita volver a probarse para conocer si su estado físico era óptimo, pensando ya en 1984.

En 1983 acarició la victoria en Monza, pero se cayó en la última vuelta, y luego se lesionó en Salzburgring.

La efímera Yamaha

Aunque todavía había margen para las iniciativas independientes, era evidente que los fabricantes japoneses no daban muchas opciones. Para un modesto equipo español la clave estaba en conseguir una alianza con los fabricantes japoneses que empezaban a la llegar a nuestro mercado, y la única opción viable fue Yamaha, por ser el único fabricante con motos de 250. Y se alcanzó un acuerdo con Semsa-Yamaha, el germen de lo que en su momento sería Yamaha España, para que Sito Pons corriera en 1984 con sendas Yamaha TZ, con Joan Garriga como compañero de equipo.

Desafortunadamente, las Yamaha se retrasaron tanto que en la primera carrera, Sudáfrica, el 24 de marzo, Pons corrió con la vieja Kobas. Y fue tercero tras Patrick Fernández y Christian Sarron. Era su segundo podio mundialista tras el logrado en Imatra en 1982.

Sarron (2) sería el campeón en 1984. Cardús (20), el piloto de la JJ-Cobas TR1 de chasis multitubular.

En la siguiente cita, el Gran Premio de las Naciones, en Misano, Pons sí dispuso de su nueva Yamaha TZ, pero aquella carrera fue un absoluto desastre: la moto se gripó tres veces en entrenamientos, se clasificó penúltimo y le doblaron en carrera, corriendo con una moto completamente descafeinada para evitar las roturas. Sito estaba enfadadísimo, se subía por las paredes. De hecho, más de treinta años después recuerda ese día como uno de sus peores jornadas en el Mundial: “Cuando llegué a meta, les doy la moto y les digo que yo no corro más con esa moto. Le digo a Manolo [Burillo]: diles a los de Yamaha que se olviden de mí; la próxima carrera, si he correr, correré con la Kobas. Si no, no corro”, recuerda Pons. Y así fue. Tres semanas después se disputaría en el Jarama el Gran Premio de España, y Pons se inscribió con la Kobas.

La única y decepcionante carrera de Sito Pons con la Yamaha TZ 250: último y doblado en Misano.

La primera victoria

Aquel día se escribiría en el Jarama una de las páginas más ilustres del motociclismo español. Todavía conmocionados por el terrible accidente sufrido por Ricardo Tormo días atrás, mientras probaba la Derbi 80 en el polígono de Martorellas, a espaldas de la fábrica, se esperaba la carrera con gran interés. Tras la victoria de Pier Paolo Bianchi y la Huvo Casal en 80, y el casi obligado triunfo de Ángel Nieto y Garelli en 125, llegó la carrera de 250.

Se habían depositado muchas esperanzas en esta carrera. Cardús, con la JJ-Cobas TR1, la nueva moto diseñada por Antonio Cobas, que abandonaba el concepto doble viga de aluminio para regresar al bastidor multitubular, pero con suspensión de progresividad variable, había marcado la “pole”. Era la primera de su carrera deportiva, lo que despertó unas enormes ilusiones en el equipo barcelonés. Por su parte, Pons se situaba 13º, en tercera línea, ya que en aquellos días las parrillas se formaban por líneas de 5-4-5… La parrilla estaba formada por un enjambre de Yamaha TZ. En las tres primeras líneas sólo había cuatro motores Rotax, los de las motos españolas, y los de las francesas Pernod de Baldé (5º) y Bolle (14º).

Inicialmente se cumplieron los pronósticos. Cardús se puso primero tras la caída del temperamental líder inicial, Iván Palazzese, y no tuvo dificultades para escaparse del grupo delantero en el que estaban, entre otros, Carlos Lavado, Alan Carter, Christian Sarron, Anton Mang, Jacques Cornu, Jean-François Baldé… Mientras tanto, Pons no conseguía meterse entre los diez primeros. Cardús amplió su distancia en las primeras vueltas y todo apuntaba a una cabalgada en solitario. De repente, cuando apenas se había cumplido un tercio de carrera, Cardús enfila la línea de meta con el motor rateando y toma el camino de los “boxes”. Algo había fallado: “Me ha fallado el cable de masa de la bobina. He visto que estaba suelto, el motor ha empezado a fallar y he visto que me cogían”, comentó Cardús, explicando la causa de su retirada.

 

Se acaba la carrera para Cardús: la JJ-Cobas TR1 acaba de “romper”.

Fue una gran decepción, pero no todo estaba perdido. La carrera, a 31vueltas, aún  estaba abierta a más opciones. Pons había iniciado una remontada, ganó posiciones, alcanzó al grupo de cabeza y con aparente facilidad se puso al frente del pelotón, consiguiendo escaparse unos segundos valiosos, que le permitieron anotarse la victoria, su primera victoria en el Mundial de Velocidad, y la primera (y única) de la Kobas MR1. Era la primera vez que un piloto español ganaba en 250 desde el triunfo de Santiago Herrero y OSSA en el Gran Premio de Yugoslavia de 1970.

Fue un resultado increíble teniendo en cuenta que sólo unas semanas antes, en Misano, Pons estaba en el fondo del pelotón: “Fueron semanas de mucha tensión dentro del equipo. Manolo Burillo me decía que teníamos firmado un contrato con Yamaha, y yo decía que habíamos firmado para tener una moto oficial, y esa moto era una moto estándar que se rompía cada vez que salía a pista. Yo no quería correr con esa moto. Llegamos al Jarama y corrí con la Kobas. Y gané… ¡Imagínate: de ir el último en Misano a ganar la carrera del Jarama!”, recuerda Sito.

Con la perspectiva que da el paso del tiempo, resulta curioso pensar lo que podría haber cambiado la carrera deportiva de Pons de no haber tomado aquella afortunada decisión. Sito siguió corriendo el resto de la temporada con la Kobas, subió en alguna otra ocasión al podio, luchó por el título, y aquel fue el año de su consagración.

Puesta de largo de la Kobas MR1: Antonio Cobas y Eduardo Giró comparten impresiones.

Sabor agridulce para Cobas

Aquella fue la primera vez que un diseño de Antonio Cobas ganaba un Gran Premio, pero a pesar del triunfo de la Kobas, fue una jornada agridulce para él. Mientras que en el “paddock” del Jarama se celebraba la victoria de Pons, en el “box” de JJ-Cobas cundía la decepción. Todos se mostraban condescendientes con Cardús, salvo su mecánico, Ginés Girado, más contrariado que ninguno por lo sucedido. Éste le dijo a Cobas que Cardús había soltado el cable a propósito, incapaz de aguantar la tensión. Cobas le afeó la respuesta, y Ginés, sin decir una palabra, arrancó la moto de un empujón, aceleró con rabia y la estrelló contra la pared de aquel pequeño cubículo que eran los viejos “boxes” del circuito madrileño, marchándose sin decir una palabra y dejando completamente perplejo a Cobas.

Ginés sabía que en ocasiones se producían fallos en el cableado de las bobinas, pero también conocía la fragilidad mental de su piloto, con el que trabajaba desde 1980, así que decidió poner un segundo cable que evitara tanto la avería como cualquier manipulación: “Yo había puesto un segundo cable más largo, enrollado en espiral, como un cable de teléfono, con lo que por mucho que se tirara de él no se soltaría”, confesó tiempo después el recordado Ginés.

Pons comparte podio con el campeón vigente, Lavado (derecha), y el futuro campeón, Sarron.

JJ-Cobas tardaría aún cinco años en conseguir su primera victoria en el Mundial, pero sería ya en la categoría de 125, de la mano de Alex Crivillé, que además terminaría siendo campeón aquella temporada. Pero aquel 6 de mayo de 1984 pasó a la historia como el día en el que Cobas los ganó a todos: en entrenamientos con la JJ-Cobas TR1, y en carrera con la Kobas MR1.